Las plantas superiores se originan a partir de una semilla, después de la fecundación se forma el embrión, que en el interior de la semilla, tiene forma de una planta en miniatura. Con una pequeña raíz, un tallo y una o dos gruesas hojas llamadas cotiledones. La semilla contiene también abundantes sustancias de reserva.
Cuando la semilla germina, las raíz crece hacia el suelo, y los cotiledones rompen las cubiertas. El tallo se elonga y crece hacia arriba. Todo este proceso es posible gracias a las sustancias de reserva. A continuación aparecen nuevas hojas y la planta empezará a realizar la fotosíntesis y a desarrollarse. Con el desarrollo de las primeras flores el crecimiento se hace más lento.
Las flores después de ser polinizadas formarán frutos que contendrán nuevas semillas.
A diferencia de los animales, las plantas crecen toda su vida. Algunas son anuales pero otras pueden vivir siglos. En cualquier caso la planta senece, degenrándose sus tejidos y funciones. La planta finalmente muere, pero su materia orgánica erriquecerá el suelo, siendo útil para el crecimiento y vigor de nuevas plantas.
En las siguientes imágenes podemos observar el desarrollo de una semilla en el suelo:
Las plantas están formadas por miles de células organizadas en tejidos especializados, para desarrollar todas las actividades que necesita el vegetal: protectoras, de almacén de nutrientes, estructurales, defensivas, de crecimiento, etc.
Como todo organismo vivo, las plantas necesitan alimento y agua para sobrevivir,. En las raíces y tallos hay células especializadas en el transporte de alimento y agua por tola la planta. Constituyen los vasos conductores.
En las hojas hay dos tipos de células principales: las superficiales o epidérmicas que forman una capa protectora y aislante que evita la pérdida de agua. Intercalasdas entre ellas se encuentran unas células arriñonadas “los estomas”, que regulan su apertura y cierre para controlar las pérdidas de agua por transpiración y permiten el intercambio de gases con la atsmófera. En el interior de la hoja se encuentran las células parenquimáticas, de aspecto laxo, de color verde por la presencia de clorofila, y encargadas de fabricar el alimento de la planta.
Sus funciones principales son la de absorción de agua y sales minerales (savia bruta) del suelo por medio de los pelos absorbentes hasta la raíz donde son conducidos hacia el tallo y hojas y aquí se transforman en compuestos orgánicos durante la fotosíntesis. Además las raíces fijan a las plantas al suelo por medio de resistencia al doblez. Ciertas raíces de plantas pueden realizar funciones de almacén de alimentos ejemplo, camote, zanahoria, jicama, remolacha, dalia (Dahalia).
La raíz es la primera de las partes embrionarias que se desarrolla durante la germinación de la semilla; se distingue primero con una porción poco diferenciada la radicula, con una cubierta en su punta la radicula, que al desarrollarse constituye la raíz primaria con su tejido de protección en la punta denominada cofia o caliptra. La raíz como órgano de las plantas vasculares (con excepción de las Psilofitas), que generalmente crece hacia el interior del suelo por tener geotropismo positivo y fototropismo negativo. La raíz y el tallo son los ejes de las plantas y entre ellos no existe una clara separación ya que ambos tienen un cilindro de tejido vascular incluido en el tejido fundamental; sin embargo, la estructura de la raíz es más que simple que la del tallo debido a su hábitat subterráneo.
Las características que la diferencian del tallo son la ausencia de clorofila, yemas, nudos, entre otros; sin embargo hay excepciones como las raíces adventicias del maíz que sí llegan a formar pequeñas cantidades de clorofila y raíces que poseen yemas adventicias como camote, manzano y algunos rosales.
La primera raíz que se desarrolla en una plántula se llama la raíz primaria. En las gimnospermas y en las dicotiledóneas, la raíz primaria se convierte en la raíz más grande de la planta, y se llama la raíz principal. El crecimiento de la raíz ocurre en la región meristemática del ápice de la raíz. Esto constituye el crecimiento primario.
La cofia de la raíz está localizada debajo de la región meristemática. La cofia de la raíz cubre la punta de la raíz, protegiéndola.
Los pelos radiculares son estructuras epidérmicas que tienden a incrementar la superficie de absorción de la raíz.
El sistema vascular forma un cilindro en el centro de la raíz. El cilindro vascular se llama la estela. La capa de células de parénquima, en el borde de la estela se llama periciclo. La corteza de la raíz es un área de tejido de parénquima que está fuera de la estela rodeada de la epidermis. La capa interna de la corteza forma un anillo alrededor de la estela llamada endodermis. Todos los materiales que se mueven desde la corteza hasta el sistema vascular pasando por el citoplasma de las células endodérmicas.
El crecimiento secundario hace que las partes de la planta como el tallo y las raíces de las gimnospermas y las dicotiledóneas, se hagan más gruesas. El tejido que produce el crecimiento secundario se llama el cambium vascular.
Las raíces pueden ser primarias, secundarias y adventicias. Existen algunas excepciones dado que algunas raíces pueden ser epigeas (que se encuentran sobre el suelo) o aéreas (que están muy por encima del suelo o encima del agua). También existen excepciones con el tallo, dado que en algunas plantas los tallos crecen debajo del suelo. Esos tallos son llamados rizoma.
El tallo es la estructura responsable de conducir el agua y los minerales, absorbidos por la raíz, hacia la parte aérea. También conduce los alimentos producidos en las hojas hacia abajo, hasta las raíces. El tallo aporta soporte estructural a la planta.
El punto donde se inserta una hoja se denomina nudo. La región del tallo entre dos nudos se llama un entrenudo. Las regiones meristemáticas del tallo están localizadas en unas estructuras llamadas yemas. Las lenticelas en la corteza de la ramita son unas aberturas a través de las cuales puede entrar aire al tallo.
El crecimiento primario de los tallos, como el de las raíces, ocurre en regiones meristemáticas. Los tejidos conductores son los haces de xilema y floema se llaman haces vasculares.
El tejido de parénquima que se encuentra dentro del anillo vascular forma la médula. El crecimiento secundario está producido por una capa de cambium vascular.
Las monocotiledóneas (taxón Liliopsida asignado como Clase en la clasificación de Cronquist) son un grupo de angiospermas (plantas con flores) que posee un solo cotiledón en su embrión en lugar del número ancestral de dos como fue retenido en las dicotiledóneas, carácter que adquirió la monocotiledónea ancestral y que le da nombre al grupo. En la actualidad representan el 22%9 de todas las angiospermas.
Entre las monocotiledóneas se incluyen las bien conocidas palmeras, los jengibres, los lirios, las orquídeas, las gramíneas o poáceas (pastos y bambúes), los juncos, las bananas, las bromelíadas, las aroides y los pastos marinos. La familia Poaceae es quizás el grupo económicamente más importante de todas las plantas, e incluye los pastos forrajeros y cereales como el arroz, el trigo, el maíz, la cebada y el centeno.
Las monocotiledóneas comprenden unas 50.000 de las 250.000 especies conocidas de plantas con flores (Angiospermas). Presentan las siguientes características:
Magnoliopsida es un taxón de plantas que fue utilizado en sistemas de clasificación muy populares como el de Cronquist . Las dicotiledóneas comprenden al 75% de las especies de angiospermas , por ejemplo: Amborellaceae, Nymphaeaceae, Austrobaileyales, Magnoliidae (que ahora incluye a Chloranthaceae), y Ceratophyllales.
Las dicotiledóneas comprenden unas 200.000 de las 250.000 especies conocidas de plantas con flores (Angiospermas). Presentan las siguientes características:
La hoja es el órgano donde tiene lugar la mayor parte de la fotosíntesis. Es el órgano encargado de refrigerar a la planta, perdiendo agua por transpiración.
La capa superior de la hoja se llama epidermis superior. La capa de abajo se llama la epidermis inferior. En la epidermis se encuentran los estomas: células arriñonadas cuya apertura y cierre está controlado principalmente por potasio. Por estas aberturas en la epidermis de la hoja el oxígeno y el vapor de agua salen de la hoja y entra el dióxido de carbono de la atmósfera.
Entre las dos capas epidérmicas se sitúa el mesófilo. Entre las células de parénquima existe una red de espacios de aire que conectan con los estomas. Así, el dióxido de carbono entra en la red de espacios intercelulares que están entre las células parenquimatosas del mesófilo. El mesófilo está constituido por dos tipos de células parenquimatosas: el mesófilo en empalizada y el mesófilo esponjoso. El mesófilo en empalizada constituye una capa de células de parénquima, rectangulares, alargadas en un ángulo recto con la superficie de la hoja ubicada cerca de la parte superior de la hoja. La mayor cantidad de fotosíntesis ocurre en el mesófilo de empalizada.
El mesófilo esponjoso constituye una capa de células de parénquima de forma irregular que rodea los espacios intercelulares en el mesófilo.
Los fotoasimilados que se forma en el mesófilo se mueve hacia el floema de la hoja, para el crecimiento y el desarrollo de la planta.